Hades y Perséfone
El loto negro silbaba mientras
la boca florecía en el Hades.
Las ninfas la amaban,
con gracia bailaban,
jugaban y cantaban cánticos en su honor.
Diosa de la primavera que juega a un juego peligroso,
niña que jugaba entre las flores a la seducción.
Conserva esa inocencia, delicada e inocente hija de
Deméter.
Al infernáculo jugó Perséfone y
en el infierno dominio infernal de Hades cayó.
Huye, huye niña linda es lo que Hermes y su madre le
dirían.
Y te juzgarán y te juzgarán la negativa,
como también te juzgarán tu acierto.
Niña linda no temas al amor,
amor puro que expreso,
expreso mis sinceros sentimientos,
sentimientos con las más puras intenciones.
No sirve de nada escapar
escapar de quién te ama
ama al rey del infierno
infierno que arde en pasión
Pasión que se desborda
desborda entrega y dolor
dolor por no ver la luz
luz que ahora es obscuridad
obscuridad que ahora es vida
vida plena que tendrás.
No hay nada que replicarle a Hades
No hay nada que hacer ya por ti
No hay nada que el amor no pueda compensar.
Una buena esposa eres tú
Reina y señora del infierno eres tú
Señal de luz para Hades eres tú.
Otro como el señor Hades no tendrás
Otro que te ame cómo él no tendrás
Otro que te adore como él no tendrás
En los dominios de Hades
Obscuridad, no hay más que obscuridad
Flores negras en tu cabeza igual son flores
Pasión que te consume, no es más que pasión
Malvada te has vuelto, o ya eras malvada
Prisionera eres, siempre fuiste una prisionera.
Así como disfrutaste del sabor de las frutas,
deseas perderte en el sabor de sus besos,
un sabor que es tan dulce como la miel y
que no se compara con el sabor del deseo.
Tu color es rosa como el de una bella rosa.
De tu pasado solo queda una ruina,
pero nunca estarás en ruina mientras lo tengas a él.
Tu pasatiempo preferido es mirarlo a los ojos,
pasa tiempo y sólo lo puedes amar más.
Paz a tiempo entre Hades y Deméter.
No hay nada más que desear.
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